La multiplicación de casos de coronavirus en las últimas horas precipitó la decisión de dos provincias, Chaco y Chubut, de endurecer las medidas de aislamiento social. Mientras que en Entre Ríos el gobernador Gustavo Bordet resolvió no autorizar nuevas aperturas frente al aumento repentino de la curva de contagios
El caso más grave es, por lejos, el de Chaco. Allí, el gobernador Jorge Capitanich firmó ayer un decreto que ordena cerrar las fronteras de la provincia, y dispone, en cuatro localidades, el cese de todas las actividades no esenciales hasta el 21 de junio, inclusive la venta de combustible, que se expenderá solo para posibilitar las tareas de seguridad y salud.
Aunque la medida de limitar las actividades comerciales rige solo para las cuatro localidades más afectadas por la pandemia, el gobierno provincial pidió al resto de los municipios que se sumen a extremar el aislamiento.
En principio, según detalló el ministro de Gobierno, Juan Manuel Chapo, las localidades afectadas son la capital, Resistencia, junto con Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas, todas dentro del departamento de San Fernando, el único donde se mantiene la circulación viral.
Chaco registra 1.326 casos de Covid-19 y 72 muertos. En las últimas horas el gobierno chaqueño informó que la ministra de Seguridad y Justicia, Gloria Salazar, y la secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente, Marta Soneira, dieron positivo” de Covid.
En Chubut, una de las provincias que el lunes pasado había ingresado en la fase de distanciamiento social, el gobierno de Mariano Arcioni se vio obligado a volver por 14 días a la fase 2 de la cuarentena en las ciudades de Trelew, Madryn, Rawson, Comodoro, Camarones y Rada Tilly por el brote de coronavirus. Además, se interrumpirá la actividad portuaria, pero se acordó por el momento que los comercios continuarán abiertos.